Acepto el veredicto?
El Evangelio de Jesucristo siempre obliga a una decisión de nuestra voluntad. ¿Acepto el veredicto de
Dios acerca del pecado, es decir, que fue juzgado en la cruz de Cristo? ¿Tengo siquiera el más mínimo
interés en la muerte de Jesús? ¿Deseo identificarme con su muerte, es decir, morir completamente a todo
interés pecaminoso y a la mundanalidad? ¿Anhelo identificarme de tal manera con Jesús que todo lo
demás no tenga ningún valor, únicamente Él y sus propósitos? El gran privilegio del discipulado es que
puedo alistarme bajo la bandera de su cruz, lo cual significa morir al pecado. Vete a solas con Jesús y dile
que cueste lo que cueste quieres identificarte con su muerte. O dile que tu no quieres morir al pecado. Tan
pronto actúes por fe, confiando en lo que el Señor hizo en la cruz, ocurrirá una identificación sobrenatural
con su muerte; y sabrás, con un conocimiento que sobrepasa todo entendimiento, que tu viejo hombre está
crucificado con Él. La prueba de esta crucifixión es la asombrosa facilidad con que ahora la vida de Dios
te capacita para obedecer la voz de Jesucristo.
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